sábado, 24 de septiembre de 2016

Castillo de Manzanares el Real

Castillo de Manzanares el Real

Castillo palaciego conocido como Castillo de los Mendoza, está situado en la localidad de Manzanares el Real, zona noroeste de Madrid, en la falda de la Sierra de Guadarrama, en una zona conocida por todos los montañeros como La Pedriza, en plena Cuenca Alta del Manzanares. A sus pies otro impresionante paraje natural, el embalse de Santillana, al cual vierten sus aguas varios ríos procedentes de la citada  Sierra y donde se regula el caudal el rio Manzanares, rio que en sus primeros pasos atraviesa el municipio.

Castillo con La Pedriza de fondo

Embalse de Santillana desde el castillo

La fecundidad y abundancia que el rio Manzanares ofrecía a las tierras de la zona, hizo que, durante el siglo XIII, tras la Reconquista, ésta fuera una zona de constantes litigios entre los señores que la habitaban, lo que llevó al rey Juan I de Castilla, en el siglo XIV, a ceder los terrenos a su mayordomo  Pedro González de Mendoza para su gestión y orden. Fue su hijo, Diego Hurtado de Mendoza, Almirante Mayor de Castilla, quien comenzó la construcción del primer castillo de la localidad, conocido como el castillo viejo. Posteriormente, el hijo de éste, Iñigo López de Mendoza, primer Marqués de Santillana, decidió a finales del siglo XV la construcción de un segundo castillo más grande y vistoso, acorde a la posición e influencia que adquiría la familia Mendoza en el plantel político de Castilla. Fue su hijo Diego Hurtado de Mendoza y Figueroa, a quien los Reyes Católicos concedieron el título de primer Duque del Infantado, quien comenzó en 1475 con las obras del mismo, muriendo sin ver el castillo acabado, haciéndose cargo de la finalización su primogénito, también de nombre Iñigo López de Mendoza, segundo Duque del Infantado, quien encargó el proyecto al francés Juan Guas, arquitecto de los Reyes Católicos, autor, entre otras obras, del Palacio del Infantado de Guadalajara o del Monasterio de los Reyes de Toledo.

El castillo de estilo gótico-isabelino se construyó, utilizando en gran parte materiales del castillo viejo, sobre una antigua ermita románico-mudéjar en honor a Santa María de la Nava, la cual se conserva adosada al castillo en estado ruinoso, aunque se puede observar perfectamente su composición y el papel que representaba como capilla dentro del castillo.

Su construcción se ideó inicialmente como un recinto militar defensivo, aunque dada la majestuosidad de sus detalles y la belleza de su entorno, pronto se convirtió en la residencia familiar de los Mendoza.

Torre del Homenaje

El castillo, construido por entero en piedra de granito, muy abundante en la comarca, es de doble recinto, con una zona de vida interior rodeada por otra defensiva, pudiéndose recorrer el camino entre palacio, murallas y adarve por su parte superior.

Camino por parte superior
Paso entre muralla defensiva y zona de vida

Presenta planta cuadrangular rematada en sus vértices por cuatro torres, tres circulares y la del homenaje de forma octogonal.

Torre del Homenaje de forma octogonal y una defensiva circular a su derecha

Está dispuesto en un sótano más seis alturas. La planta baja, entreplanta primera, planta principal, entreplanta segunda, galería alta y galería de cubiertas. Toda la construcción está rodeada por una barbacana, cuyas saeteras llevan esculpidas la cruz del Santo Sepulcro de Jerusalén, por el título que gozó Pedro González de Mendoza, conocido como el Cardenal Mendoza, hermano del primer Duque del Infantado, quien obtuvo de los Reyes Católicos en 1480 el título de Cardenal Presbítero de la Basílica de Santa Cruz de Jerusalén.

Saeteras

Saetera


El edificio central consta de un patio rectangular porticado y dos galerías sobre columnas octogonales, estando considerada la del primer piso como una de las galerías góticas más bellas de la arquitectura militar española. La parte residencial se organizó alrededor de este patio con lujosos salones.

Patio interior

Patio Interior

Las torres están almenadas y adornadas con las bolas típicas del estilo isabelino, bolas que encontramos en distintos puntos de la fachada, juntos con los escudos de las casas Mendoza, Luna y Enríquez y algún otro detalle de decoración gótica característico de las obras de Juan Guas.

Torre circular

La torre del homenaje, rematada en un torreón octogonal, también almenado y con la misma decoración, tiene acceso a una galería cubierta en su parte superior, adosada a la fachada, con arcos rebajados y ventanas góticas entre columnas ricamente decoradas, con unas vistas privilegiadas al embalse de Santillana. Esta galería se cierra alrededor del castillo con otra galería, descubierta en este caso, que accede a cada una de las otras tres torres, bordeando el castillo por su parte superior.

Galería cubierta

Galería descubierta












































Respecto a la iglesia de Santa María de la Nava, que, como dijimos antes, fue la base donde se adosaron a los muros del castillo, sirvió como capilla del mismo, aunque en su construcción original, en el siglo XIII, se concibiera como parroquia de la localidad. Es de estilo románico mudéjar y aunque se puede observar como era su composición, prácticamente se encuentra en estado de ruina. Se puede diferenciar la cabecera original con un ábside de semitambor de humilde mampostería y ladrillo y un tramo presbiterial abovedado con cañón apuntado.


Interior de la Iglesia de Santa María de la Nava


Para finalizar, hacer referencia a la puerta de acceso al recinto del castillo, en forma de arco y enmarcada por dos cubos y hacer referencia también a que el edificio tuvo foso pero que no se conserva.


Puerta de acceso


Como curiosidades de este castillo decir que, aunque, como hemos dicho, fue construido con intención de ser la residencia palaciega de la familia Mendoza, sólo tuvo tal función durante apenas un siglo, dado que con la muerte de Íñigo López de Mendoza y Pimentel, cuarto Duque del Infantado, el castillo dejó de estar habitado puesto que surgieron problemas económicos derivados de los pleitos por la herencia familiar.

También en el apartado de curiosidades de este castillo podemos decir que ha sido utilizado como escenario de películas como El Cid Campeador, Alejandro el Magno, la caída del Imperio Romano, el príncipe encadenado, el regreso de los mosqueteros o, más recientemente, el bola.

Actualmente el castillo sigue siendo propiedad del Ducado del Infantado, aunque su administración y uso corresponde a la Comunidad de Madrid y, aparte de tener en su interior el museo de los castillos españoles y una interesante colección de tapices, es utilizado para reuniones y convenciones, albergando el interior de sus salas entre 1982 y 1983 las negociaciones y firma del Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid.


Para finalizar, decir que, como todo buen castillo, existe un fantasma que lo recorre. Durante décadas y debido al estado ruinoso que adquirió el castillo hasta su reconstrucción actual, el fantasma de una mujer llamada Maricantina fue inventado por las madres del pueblo para asustar a los niños y evitar que jugaran en su interior. Leyenda o realidad?






Podéis ver más imágenes en: Fotos del Castillo de Manzanres el Real


Información actualizada del Castillo de Manzanares el Real: Pagina oficial del Ayuntamiento de Manzanares el Real

No hay comentarios:

Publicar un comentario