También conocido como la ciudadela
de Jaca, no es un castillo al uso tal y como podemos imaginarlo si pensamos
en castillos medievales. El castillo de San Pedro fue construido entre finales
del siglo XVI y mediados del siglo XVII, por lo que podemos considerarlo dentro de la edad moderna, periodo en el que se construye siguiendo las nuevas
demandas de la arquitectura militar de la época, que proyectaba las
construcciones hacia los avances de la artillería, predominando los muros más
bajos y más gruesos que en la edad media, con emplazamientos específicos para
cañones y otras bocas de fuego.
El castillo está situado en la ciudad de Jaca, Huesca, a
escasos kilómetros de la frontera francesa, siendo ésta, en su día, la
principal causa de que Felipe II ordenara su construcción al ingeniero militar
Tiburzio Spannocchi, que comenzó con las obras en el año 1592.
En pleno periodo de las conocidas Guerras de Religión entre
protestantes y católicos, los hugonotes, protestantes calvinistas franceses,
presentaban una amenaza seria de invasión para el reino católico de Felipe II.
Por otra parte, sumido el rey en estos conflictos, se produjo la fuga de
prisión del que fue su secretario en la corte Antonio Pérez, encarcelado por
deslealtad años antes y quien se sabía con ánimo de venganza. Cuando el rey
supo de su huida a Francia y su alianza con los hugonotes ordenó la
construcción del castillo como defensa de la zona ante la temida entrada del
enemigo por los pirineos, siendo éste el origen histórico de la ciudadela de
Jaca.
El castillo es una fortificación de planta pentagonal cuyos
vértices, llamados baluartes, terminan en forma de flecha sobresaliendo de los
muros para una mejor defensa de los mismos, contrarrestando así la menor altura
de éstos respecto a los castillos medievales.
Los cinco baluartes de la ciudadela reciben los nombres de
Santa Bárbara, España, San Francisco, Santa Orosia y San Pedro y están
comunicados entre sí por un camino llamado de ronda.
En cada uno de los baluartes existen tres garitas de
vigilancia, una por vértice y dos casamatas, una por lado, donde se asentaban
las piezas de artillería de gran calibre que defendían cada uno de los muros
contiguos, con lo que quedaba defendido todo el perímetro.
Baluarte con su garita de vigilancia |
casamata |
Otro elemento defensivo es, como en todos los castillos, el
foso, de gran tamaño y que rodea por completo la construcción. Tiene una
longitud de más de un kilómetro y, a pesar de lo que pueda imaginarse, nunca ha
contenido agua. Su dificultad radica en una profundidad de más de cuatro metros
que impedía la entrada de carros con artillería y demás elementos, así como
dificultaba la entrada de hombres al castillo. Se puede acceder a él desde el
interior de la fortaleza a través de tres puertas que fueron construidas para
el acceso de jinetes a caballo en caso de necesidad de defensa.
foso |
Actualmente, en el foso, habitan un numeroso grupo de ciervos, cuya presencia allí se remonta a 1974 y que,
desde entonces, se ha convertido en un reclamo turístico más para la visita del
castillo.
La entrada al recinto se produce a través de un puente
levadizo que conecta la puerta de arco de medio punto con un puente de piedra
fijo que salva el foso. Sobre la puerta encontramos el escudo, también en
piedra, de la Casa de Austria y una espadaña con una campana que servía para
dar aviso a las tropas.
puerta de entrada |
El mecanismo del puente levadizo se manejaba desde el túnel
interior, también de medio punto, mediante un sistema de poleas accionadas por
cadenas y contrapesos.
puente levadizo |
sistema de poleas del puente levadizo |
En ese túnel encontramos una sala que en su momento fue el cuerpo
de guardia del castillo y que hoy está ambientado como tal, con réplicas de
documentos, armas, escudos, trajes militares de las época y una foto aérea de
la ciudadela.
cuerpo de guardia |
Una vez atravesada la puerta del recinto nos encontramos de
lleno con la amplitud del patio de armas. En él podemos ver los distintos
edificios, de dos plantas cada uno con arquería, que lo bordean, que eran donde
se realizaban los actos de la vida cotidiana. Originalmente el piso de la plaza
era totalmente de tierra y los edificios estaban separados entre sí para evitar
la propagación de posibles incendios.
plaza de armas |
Entre estas dependencias podemos ver oficinas, almacenes,
mazmorras o la capilla de San Pedro entre otras.
mazmorra |
Capilla de San Pedro |
En el año 1968 se realizó una remodelación de la plaza en la
que se cambió el piso de tierra por los adoquines de piedra actuales y se
colocó en el centro de ella una escultura de Felipe II, realizada por el
soldado D. Ramón Casadevall, que se encontraba por entonces cumpliendo su
servicio militar en la ciudadela y quien fue autor de otras obras importantes
de la zona como la escultura de Ramiro I, situada en la propia ciudad de Jaca.
escultura de Felipe II |
La capilla de San Pedro data de la segunda mitad siglo XVII y
presenta una portada de estilo barroco
al igual que el altar del interior, donde podemos ver representada una imagen
de Nuestra Señora de la Inmaculada, patrona del arma de infantería, que fue
realizada en 1985.
interior y retablo de la Capilla de San Pedro |
Son de interés en el interior también la pila bautismal de
estilo románico y el sepulcro del Maestre de Campo Juan de Velasco que fue el
primer jefe del castillo hasta 1597.
Cabe destacar también la construcción de los polvorines. Ésta
era una pieza esencial en los castillos pues debía de tener todo lo necesario
para almacenar víveres y munición para resistir un asedio. El polvorín de la
ciudadela de Jaca está construido con una piedra porosa que absorbe la humedad
y mantiene constante la temperatura, condiciones esenciales para la pólvora.
entrada a los polvorines |
interior de los polvorines |
Como curiosidades de este castillo podemos destacar que fue
utilizado como acuartelamiento militar en activo desde su construcción hasta
prácticamente el siglo XXI. En la
actualidad alberga en su interior el Museo de Miniaturas Militares, con una de
las colecciones más importantes del país.
Es curioso también el hecho de que esta fortificación fue
construida como baluarte defensivo contra los franceses, pero la única vez que
hubo acción bélica en ella, los moradores del mismo eran los franceses y los
atacantes los españoles. En 1809 las tropas francesas de Napoleón, al mando del
Mariscal Suchet, entraron en la península con la autorización de las
autoridades españolas, con la excusa de invadir Portugal. Dado el escaso número
de tropas españolas que defendían la ciudad, los franceses tomaron tanto Jaca
como su castillo por sorpresa y sin grandes dificultades. Las tropas españolas,
al mando del general Espoz y Mina, recuperaron el castillo durante la Guerra de
Independencia en 1814, tras dos meses de
asedio.
Algo digno de ver en este castillo, más por el lugar que nos
encontramos que por el hecho en sí, es la época de la berrea, donde los ciervos
del foso comienzan allá por el mes de septiembre con sus costumbres de
apareamiento, convirtiéndose por su sonoridad en otro de los reclamos de la
fortaleza.
Para finalizar, llama
la atención también, mirando el retablo de Nuestra Señora de la Inmaculada, de
la capilla del castillo que, entre los varios ángeles de los que aparece
rodeado, existen dos ángeles negros, hecho no muy habitual en la pintura
eclesiástica. La explicación es tan simple como que el pintor del retablo de
1985, D. Juan Bautista Topete, coronel por aquel entonces de la fortaleza, era
un gran amante de la música de Antonio Machín y quiso plasmar en su obra su
afición musical haciendo referencia en la pintura a uno de los más importantes
títulos del cantante, angelitos negros.
La ciudadela de Jaca es una de las mejores conservadas del
mundo y, junto con su colección de miniaturas, es visita obligada en la zona
que espero que os guste.
Podéis ver más imágenes en: Fotos de la Ciudadela de Jaca
Información actualizada de la Ciudadela de Jaca: Página Oficial
Me cago en tu almena
ResponderEliminarPues es justo lo que no tiene este castillo... almenas...
ResponderEliminarUna buena alternativa visitar este castillo esos días en los que no se puede esquiar en las estaciones de los alrededores :)
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